Assolo
Brucia.
Non sento il dolore aspro
che incombe sulla mia ossatura
come un sarcofago.
Esile, io, contro uno sguardo inumano
incapsulata dalla tua furia
costretta alla resa. Respiro vietato.
Mi afferri, come una bambola difettosa
unghie aggrappate allo stipite
polsi fermi sulla soglia, eppure respiro.
Leggo le tue mani, esigono risarcimenti
con impronte di morte.
Fotografo uno squarcio di luce
argino così l’abisso.
Viscida miseria addosso,
implacabile il tempo, fermo sull’odio.
Scalza, mi alzo,
rosso cupo a notte fonda
rosso che cola,
Tu, occhi di sale, vecchi
davanti a me, io in piedi
raccatto il disvelamento
e un manto nero di vergogna
Mi volto.
Sei già scomparso.
Quema,
no siento el dolor áspero
que se cierne sobre mi osamenta
como un sarcófago.
Débil, yo, contra una mirada inhumana
encapsulada por tu furia
forzada a rendirme. Aliento prohibido.
Me sujetas, como muñeca fallada,
uñas que aferran la viga,
garras firmes en el umbral, sin embargo respiro.
Leo tus manos, exigen compensación
con huellas de muerte
Fotografío un recorte de luz
contengo asi el abismo.
Miseria viscosa encima mío
tiempo implacable, fijo en el odio.
Descalza, me levanto,
rojo oscuro en la noche intensa
rojo que gotea,
Tú, ojos de sal, viejos
delante de mí, yo de pie
recojo la revelación
y un manto negro de vergüenza
Me doy vuelta
Ya has desaparecido.
Nicola Viceconti©
Traduzione a cura di Claudia Teresa Acuña
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