Operazione Massacro – Rodolfo Walsh

La versione italiana di “Operazione Massacro”, il capolavoro di Rodolfo Walsh del 1957, è stata presentata ieri alla Casa della Cultura dell’Ambasciata Argentina (Casa editrice “La Nuova Frontiera”). I relatori Walter Calamita (ex prigioniero politico della dittatura argentina) e Alessandro Leogrande (giornalista-scrittore che ha curato la prefazione al testo) hanno ricostruito lo scenario storico-politico dell’Argentina dagli anni ’50 fino all’ultima dittatura del Generale Videla, illustrando l’attività intellettuale di Rodolfo Walsh. Questo libro, incredibilmente attuale, come ha ricordato Leogrande, “costituisce un esempio imprescindibile di contro-inchiesta che si fa letteratura”.

“A metà strada tra il romanzo e la cronaca (…) il libro racconta l’uccisione di un gruppo di civili innocenti perpetrata dalla prima giunta militare golpista, un efferato episodio di violenza che sarebbe passato sotto silenzio se Walsh non vi si fosse imbattuto casualmente.  Rodolfo Walsh segue la pista come un segugio, indaga, ricostruisce dettagliatamente i fatti, scopre la cospirazione e scrive un libro di denuncia che, pur restando un’insuperata lezione di giornalismo d’inchiesta, si legge come un romanzo”.

A un anno dal golpe in Argentina, il giornalista Rodolfo Walsh scrisse una lettera aperta al governo militare in cui denunciava gli orrori della dittatura. Il giorno dopo venne ucciso e il suo corpo non è mai stato trovato. La lettera è un documento prezioso, sia per l’analisi della situazione politica sia per l’impegno a favore della vita e della libertà.

Autor: Felipe Pigna

Quién fue Rodolfo Walsh? Un periodista, un escritor, un militante, un intelectual que fue más allá de ese papel? “Fui lavacopas, limpiavidrios, comerciante de antigüedades y criptógrafo”, decía él, queriendo alivianar esa imagen deshumanizada con la que se mira a los grandes humanos. Sin embargo, para entender la vida de Walsh es necesario dividirla en dos partes. ”´Operación Masacre` cambió mi vida. Haciéndola descubrí, además de mis perplejidades íntimas, existía un amenazante mundo exterior“, dijo el hombre, refiriéndose al libro que inició el movimiento periodístico-literario de la novela testimonial.

“Después de la frustración por la impunidad de la que gozaron los autores de los fusilamientos, Walsh ya no piensa en pedir justicia, sino observar que, además de permitir obtener datos y establecer la mecánica de sucesión de ciertos hechos, la investigación se ocupa de hechos límites que movilizan y ponen en cuestión compromisos, actos, ideas. La masacre de José León Suárez fue la perfecta culminación de un sistema; el caso Rosendo García desnuda la esencia del vandorismo; el asesinato de Satanowsky proyecta luz sobre el funcionamiento de los servicios de informaciones y su conexión con los grandes diarios”- Osvaldo Aguirre

Antes de “Operación Masacre” Walsh se había criado en el seno de una familia conservadora, de ascendencia irlandesa. Estudió en un colegio de monjas irlandesas y estuvo interno en una congregación de curas también irlandeses. “Tengo una hermana monja y dos hijas laicas”, se reía. A los 17 años comenzó a trabajar en la Editorial Hachette como traductor y como corrector de pruebas, y a los 20 comenzó a publicar sus primeros textos periodísticos. En 1953 publicó su primer libro de cuentos, “Variaciones en rojo”, con el que había ganado el Premio Municipal de Literatura de Buenos Aires. Cuando se produjeron los fusilamientos de José León Suárez, Walsh estaba trabajando en la compilación de cuentos de la Editorial Hachette. Una tarde de 1956, jugando al ajedrez en un bar de la Plata escuchó la frase “Hay un fusilado que vive”.

Nunca se le fue de la mente. A fines de ese año, comenzó a investigar el caso con la ayuda de la periodista Enriqueta Muñiz, y se encontró con un gigantesco crimen organizado y ocultado por el Estado. Walsh decidió recluirse en una alejada isla del Tigre con el seudónimo de Francisco Freyre, y con la única compañía de un revolver. El 23 de diciembre Leonidas Barletta, director de Propósitos, denunció, a pedido de Walsh, la masacre de José León Suárez y la existencia de un sobreviviente, Juan Carlos Livraga.

El resto es historia conocida

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